jueves, 3 de enero de 2013

-Eh, tú, cacovisual, quita de mi espejo. Cada mañana ese ojeroso ser se presentaba, como una invocación, bostezando a la par que yo.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Nunca pensé que una sonrisa tuya pudiera hacerme llorar. Después de algo más de una hora con los labios en un mohín de amargura has sonreído. Me he encontrado a mí misma sorprendida, emocionada, hasta tal punto que las lágrimas empezaban a aflorar y he tenido que volver la cara. Odio estas lágrimas porque me han empañado los ojos y no me dejaban verte, ver esa sonrisa tan preciosa. Tan valiosa. Esa que se había escondido en una cueva, temerosa de salir porque afuera todo es tempestad. La mía, fuera de la cueva, aguanta el diluvio como puede. A veces se ahoga, necesita respirar pero las olas la sepultan... pero siempre sale a la superficie. Porque no van a robarme tu sonrisa, la mía la guardará y protegerá con ahínco desde fuera, en regiones non gratae. Mis lágrimas ya se han secado y solo queda la determinación de luchar por lo que más me importa. Algún día (siempre esas dos palabras, tan indeterminadas, tan lejanas) yo misma atraeré a tus sonrisas y a tu felicidad de la misma forma en que te atraje a ti. En efecto, del mismo modo en que ahora la tempestad no amaina, algún día se ahogará en sus propias aguas.

martes, 11 de diciembre de 2012

Todo esto es culpa del invierno, ha de serlo. Es el responsable de mi apatía, del frío que recorre mis venas helando mi pensamiento y recubriendo cada minuto de mi vida de escarcha (una escarcha tan densa que distorsiona mi realidad). Es el responsable de cada ápice de preocupación. Preocupación...¿por qué? ni yo misma tengo idea. Solo sé que hay una neblina de preocupación bloqueando mi cerebro, apretando mis ideas y haciéndolas estallar. Es un malestar que abrasa mis entrañas con puro frío. Una cárcel de témpanos de discordia, de imágenes retorcidas retozando en mi cabeza, de recuerdos deformes. Es...¿qué es? una sensación maleable (que no endeble), que perdura, que no adquiere forma ni significado pero que se desliza por cada recoveco de mi ser. Está, aunque no se muestra ni tan siquiera ante mí. El alma del invierno quiere meterse en mi corazón, siendo este más cálido que toda la frialdad del mundo exterior al que ha sido confinado. Bien. Pues en mí no encontrará un anfitrión. Aún queda mucha leña por echar al fuego.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Koré

Tú. Sí, tú, ese de mirada tan vacía como la mía. Hazme olvidar tan sólo por hoy quién soy, qué es lo que espero de la vida, qué busco y qué encuentro. Susúrrame esas dos palabras que tanto necesito oír..."estás viva". ¿Sabes? a veces creo no estarlo. Pero...tú que sabes, no me conoces,sólo compartes conmigo esas caras largas y esas miradas al infinito. Repítelo. Dí que tú también estás vivo. Unamos nuestras voces y digámoslo, solo para luego reír con sorna. Ríes como yo río. Para olvidar. Lo que es peor, para olvidar que podrías estar bien y no lo estás. Ríes para mostrarle al mundo lo no-feliz que eres. Aunque tampoco infeliz, esto es pasajero. Sí, te lo digo, es pasajero. Porque si no lo fuera... No quiero otra tarde muerta como la de hoy. No quiero reencontrarme contigo,con tus miradas estáticas, con las horas desiertas que me esperan. No quiero toparme con el témpano de mis ideas aglomeradas y asustadas de tener tanto frío. "Estás viva". Me siento una koré un poco menos honorífica. Así de hierática, así de helada, así de pétrea. Tú, deja de mirarme...este mármol no se va a resquebrajar.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Te llamarán hermosa. Pocas veces pero, cuando lo hagan, desearás que sea cierto (desearías que fuera cierto) y que los fonemas (porque para ti nada de eso tendrá el más mínimo significado en su forma más literal) no sean un conglomerado de mentiras para unirse en una. Cuando oigas ese conjunto de morfemas y lexemas actuarás cual lingüista, separando y analizando cada rasgo auditivo. La entonación (¿acaso hay algo de sarcasmo, algo de lástima, en sus palabras?), la brevedad (las mentiras pronto acaban, son como un vómito espontáneo) y otros elementos textuales. Tal vez te centres más en la mirada, en el gesto, en los movimientos del interlocutor. Al fin y al cabo, no confías en las palabras. No en esas. Considerarás lo dicho como un enunciado ambiguo, buscarás los mil sentidos que pueda haber. Sobrepasarás los límites de la propia interpretación, descontextualizarás el texto, lo sumirás en otras situaciones. Incluso lo desplazarás a la boca de otros y otras, a los labios más crueles y las oclusivas más despiadadas. ¿Inseguridad?- te preguntarán muchos. -No- dirás tú- análisis.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Séver ledát se odna ucli cifí d samse odot y hoy parece que las paredes se me echan encima. Parece que las ilusiones estén empañadas por una capa de niebla similar a la que hay fuera de aquí. Hoy son casi transparentes. No siento ni una pizca de energía. Ni siquiera quiero dormir y que mañana sea otro día. El tiempo se escapa de una forma cruel, no quiero pensar en ello. Ni en lo rápido que pasa el tiempo ni en lo mucho que lo malgasto. "Vaya mierda de día" diría cualquiera, "qué tedioso" diría yo. Tedioso, apático, gris y derivados. Hoy es como un día de lluvia torrencial en la playa. Para qué escribir más, siendo redundante. No hay mucho más que decir hoy.